¿Por qué los humanos sentimos amor, amistad e incluso apego social por los perros? Posiblemente la evolución de este animal junto a su mejor amigo haya facilitado esta interacción única, pero a nivel biológico es el papel que desempeña la hormona oxitocina –relacionada con la conducta maternal y paternal– lo que genera esta estrecha relación entre especies. Así lo demuestran varios experimentos en los que el simple contacto visual entre el can y su dueño fortalece sus vínculos afectivos.

Una mirada, mayores niveles de oxitocina
En un primer experimento, los científicos introdujeron a los perros en habitaciones donde ya estaban sus dueños. Durante los 30 minutos que perros y dueños permanecieron en su interior, el equipo de investigación registró cada interacción (hablar, tocar y mirar) entre las dos especies.
Al medir los niveles de oxitocina de la orina de perros y dueños antes y después del experimento, los investigadores descubrieron que el contacto visual prolongado entre las mascotas y sus dueños propició un aumento en las concentraciones de oxitocina en los cerebros de ambas especies.

Según el estudio, los dueños que mantuvieron más contacto visual con sus perros experimentaron el mayor cambio en los niveles de la hormona después de interactuar con sus compañeros. Pero no solo eso, estos últimos experimentaron un aumento de oxitocina similar.

Los perros están increíblemente atentos a los rostros humanos y, en algunos casos, incluso a expresiones faciales específicas. Esta conducta aparentemente rutinaria y benigna —como cuando su perro mira su rostro hermoso y usted, el de él o ella—en realidad podría ser una pieza muy importante del rompecabezas en nuestra relación con los perros